El 95% de la cobranza de créditos no garantizados, efectuada por los cobradores de los Bancos, Financieras, Cajas Rurales, Casas Comerciales y Empresas de Cobranza, se basa en un RÉGIMEN DE TERROR, lleno de amenazas de juicios, demandas, embargo de bienes, incremento de intereses, despido de su trabajo, etc., en contra del obligado o deudor.

El Régimen de terror, empleado por estas empresas, es de llegar y llevar a un estado de miedo total a los deudores, y no solo a ellos, sino a sus familias, sin importar si son niños o ancianos, siendo que estos últimos son los más vulnerables y a quienes las palabras fuertes y temerarias de las amenazas de los cobradores pueden llevar al llanto o a un estado grave de salud emocional y física a estas indefensas personas.

Una doctrina impartida a todos los cobradores, por las gerencias de las empresas acreedoras, es  aplastar emocionalmente al deudor o a sus familiares, y si es a sus familiares “mejor”, porque el deudor se ve doblemente presionado para pagar, por un lado la presión del cobrador, por otro la presión emocional vertida por sus familiares.

Cabe mencionar que la cobranza debe hacerse en forma directa al deudor y no a terceros,  familiares incluidos, lo cual está sancionado y prohibido por la ley, pero que las entidades acreedoras no respetan, solo la empiezan a respetar la norma cuando se les interpone una queja o denuncia policial o ante INDECOPI, o los órganos reguladores de cada país, recién después de ser sancionados, acatan la ley nuevamente pero solo por un tiempo, después vuelven a la carga con sus atropellos.

Las amenazas pueden ser vertidas tanto telefónicamente como personalmente en el domicilio del obligado.

Las amenazas telefónicas anónimas o con nombres falsos o inventados por los cobradores, son totalmente arteras y cobardes, mediante este medio son capaces de expresar sus más delirantes bajezas al receptor de la llamada, no solo las amenazas de embargo y todo lo de estilo, sino insultos, palabras procaces y soeces, todo con la finalidad de ocasionar el enfrentamiento personal con el deudor, que al presentarse a la entidad acreedora para reclamar el hecho, nadie asume la responsabilidad, sino más bien derivan al reclamante a un NEGOCIADOR, para calmarlo y empezar a tratar la deuda de forma personal.

Las amenazas personales en la casa misma del deudor, se dan más a los familiares mencionados, ya que ante otro adulto con plenas facultades, los cobradores se acobardan y solo entregan su carta de cobranza, a no ser que vayan acompañados con otro cobrador que finja (haga el papel) ser Fiscal, Juez, Policía, etc. sin serlos por supuesto, donde al verse acompañado, nuevamente le florece la valentía.

Las amenazas serán todos los días, a cualquier hora, sin respetar los horarios permitidos por ley, todo para ejercer cada vez más y más presión psicológica en el individuo.

Si Ud. se siente hostilizado, vulnerado, insultado por los cobradores, no dude en contactarnos para asesorarlo debidamente y detener esta situación.

“Si tienes problemas de deudas,  acuerda una

cita con nosotros para asesorarte y ayudarte a

enfrentar y/o a salir de esta situación,

mediante estrategias personalizadas diseñadas

para tu problema particular; también podemos

negociar tus deudas con tus acreedores y

conseguir importantes descuentos a tu favor”

Cel. 937415428. Dr. Manuel M. Ruiz